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Lo que el hombre refleja en el cielo, el cielo refleja en el hombre.

  • Foto del escritor: Armando Ruiz
    Armando Ruiz
  • 1 jun 2018
  • 2 Min. de lectura


Los días en la semana son una representación simbólica de los planetas de el firmamento. La visión del hombre al enfocarse en estos gigantes astros, no encuentra mas que admiración y asombro, pero inconscientemente ¿como influirán estos en nosotros? que pasaría si se viera mas aya de un astro, si no mas bien como planos de conciencia.


Édouard Schure en su versión del poimandres, narra lo siguiente:


Entonces, Hermes vio un espectáculo maravilloso. El espacio infinito, el cielo estrellado le envolvían en siete esferas luminosas. De una sola mirada, Hermes vio los siete cielos escalonados sobre su cabeza como siete globos transparentes y concéntricos, cuyo centro sideral él ocupaba. El último tenía como cintura la Vía Láctea. En cada esfera giraba un planeta acompañado de una forma, signo y luz diferente.


Mientras que Hermes deslumbrado contemplaba esta floración esparcida y sus movimientos majestuosos, la voz dijo: —Mira, escucha y comprende. Tú ves las siete esferas de toda vida. A través de ellas tiene lugar la caída de las almas y su ascensión. Los siete planetas con sus genios son los siete rayos del verbo Luz. Cada uno de ellos domina en una esfera del Espíritu, en una fase de la vida de las almas.



El más aproximado a ti es el genio de la Luna, el de inquietante sonrisa y coronado por una hoz de plata. Éste preside a los nacimientos y a las muertes. El desagrega las almas de los cuerpos y las atrae en su rayo. Sobre él, el pálido Mercurio muestra el camino a las almas descendentes o ascendentes, con su caduceo que contiene la ciencia. Más arriba la brillante Venus sostiene el espejo del amor, donde las almas por turno se olvidan y se reconocen. Sobre éste, el genio del Sol eleva la antorcha triunfal de la eterna belleza. Más arriba aún, Marte blande la espada de la justicia.


Reinando sobre la esfera azulada, Júpiter sostiene el cetro del poder supremo, que es la inteligencia divina. En los límites del mundo, bajo los signos del zodíaco, Saturno lleva el globo de la sabiduría universal.


El poimandres muestra un esquema en donde los siete planetas es la clave para entender el descenso del alma a la materia y su posterior ascenso de regreso a la divinidad.



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